EXPERIENCIAS EN JAPÓN
Silvia Cob
Exbecario de "Beca de Monbukagakusho para Profesores"
Octubre del 2005 a Abril del 2007
Por medio de la embajada japonesa en Costa Rica pude acceder a la beca de estudio Monbukagakusho promovida por el Ministerio de Educación japonés en la modalidad de “Teacher Training.” Esto me dio la oportunidad de residir en Japón durante el periodo comprendido entre octubre del año 2005 y abril del año 2007, tiempo que transcurrió colmado de valiosas experiencias tanto académicas como de cultura general.
Fukui Ken fue mi hogar durante un año y medio, allí desarrolle mis estudios en el campo de la salud mental para personas con discapacidad en la Universidad de Fukui. Esta prefectura es una de las 47 prefecturas que conforman el archipiélago de Japón, se puede considerar como una región poco concurrida en comparación con las grandes ciudades japonesas pero llena de calor humano y sentido de la cultura y valores japoneses.
La universidad de Fukui me acerco a la lengua y cultura japonesa a través de las leccciones semanales y las diversas oportunidades promovidas para intercambiar experiencias con estudiantes japoneses y de otras regiones del orbe. Esto me permitió crear fuertes lazos de amistad que incrementaron mi valoración y respeto por las personas y cultura japonesa.
Conforme fue pasando el tiempo y pude ir conociendo mas de Japón, su gente y su cultura, más me daba cuenta de lo diferente e interesante que resultaba. Pensar en mi experiencia en Japón me llena de gratos recuerdos que resultaría muy difícil de resumir en unos párrafos, es por eso que he decidido referirme a una de las características de la cultura japonesa que más me llamo la atención; la manera de vivir las diferentes estaciones. Japón es un país de cuatro estaciones tanto por su condición geográfica así como por su manera tan autóctona de incorporar las condiciones de cada una de ellas, a sus vidas.
Mi llegada a Japón estuvo acompañada de las brisas frescas del otoño. En esta época los árboles muestran su mejor follaje cambiando sus tonos verdes a exuberantes tonos amarillos, anaranjados y rojos.
Los japoneses como buenos amantes de la belleza planean rutas para deleitarse del paisaje de la época.
Grandes grupos de caminantes de todas las edades se dirigen a los lugares con mayor abundancia de “momiji” ( palabra utilizada para referirse a todos los árboles que cambian de color) Kyoto es uno de los lugares por excelencia para disfrutar de la mística combinación de los templos shintoistas y los parajes del “momiji” .
Conforme el otoño va cediendo su espacio las bajas temperaturas del invierno se hacen notar. A finales de diciembre las calles de Fukui estaban completamente cubiertas de nieve y los campos de arroz se trasformaban en pistas interminables de un hermoso blanco. El invierno es un buen ejemplo de cómo los japoneses combinan en su vida las practicas antiguas y la alta tecnología, pues antes de llegar a Japón conservaba el estereotipo común de la vida japonesa rodeada de lo último en tecnología, el cual fui modificando durante mi permanencia en el país. Me sorprendía los grandes avances en el área pero al mismo tiempo la forma modesta y sencilla que muchos japoneses conservan. Por ejemplo la mayoría de las viviendas poseen cuartos de “tatami” y se utiliza el “futon” para dormir. En la mayoría de las casas no hay calefacción central asi que se utiliza calefacciones locales como el “kotastu” que es una mesa baja con calefacción eléctrica en la parte inferior, que transfiere calor a las partes del cuerpo que se encuentran bajo la mesa y mantiene el resto del cuerpo con una temperatura agradable. El invierno atrae a los miembros de la familia y amigos alrededor del “kotatsu” para disfrutar de comidas calientes como el “nabe” ( significa cacerola pero también es utilizado para denominar un tipo de comidas) El “nabe” es un exquisito hervor con vegetales y carnes que son agregados y tomados al momento en el que se desea comer, todos toman los ingredientes que gustan de un mismo “nabe” propiciando ambientes de unión. El invierno también es época de diversión para los japoneses ya que la práctica de deporte de invierno tales como el esquí y la tabla de nieve son muy comunes.
La aparición de las primeras flores es una señal de la finalización del invierno e inicio de la primavera, momento muy esperado por los japoneses. En la televisión se puede observar noticias del “sakura sen” o línea del sakura que es la predicción del florecimiento de las flores de los árboles de cerezo. El “sakura” es un árbol emblemático en Japón y puede encontrarse en todo el país, la fecha de florecimiento en las distintas regiones varia de acuerdo a la temperatura y su trayectoria es de sur a norte es decir los primeros árboles florecen en Okinawa y continúan hasta Hokkaido.
Para los japoneses es importante conocer la fecha exacta del florecimiento del sakura para dar inicio a una gran festividad conocida como “hanami” hana significa flor y mi proviene del verbo miru de ver. Con el “hanami” se celebra la consumación de la época dura del invierno y el retorno de la vida a través de las flores de la primavera. Esta hermosa pero frágil flor desaparece después de una o dos semanas durante ese tiempo todos los días y noches los japoneses se reúnen para compartir alimentos bajo el impresionante follaje del árbol de sakura.
El caliente verano se hace notar con un alto grado de humedad, a decir verdad fue mucho mas caliente de lo que esperaba. Es difícil realizar cualquier actividad al aire libre por supuesto con excepción de las visitas a la playa y el mar. Para esta época las playas se llenan de kioscos o ranchitos para vender bebidas y ofrecer sombra a los visitantes. Ansiosos bañistas acuden a disfrutar del mar por un corto periodo de 2 meses, debido a las temperaturas frías del inverno y la aparición masiva del “ kurage” ( medusas) después de septiembre.
El verano también trae una de las mas hermosas celebraciones en Japón; el “hanabi,” que significa flor de fuego y consiste en impresionantes juegos artificiales que son lanzados desde botes ubicado en el mar u otros lugares en la cuidad, cubriendo el cielo de destellantes colores hasta por una hora y media.
Las chispas de fuego se confunden entre los centenares de espectadores que en su mayoría lucen hermosas “yukatas” que son la vestimenta tradicional para las festividades de verano.
Vemos entonces como cada estación climática en Japón esta rodea de diversas festividades, que en un inicio se originaron como modo de bendecir y agradecer al Dios por las cosechas. Estas tradiciones se han logrado conservar y complementar en la vida moderna de los japoneses que demuestran y viven con gran orgullo el sentir nacional.

