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EXPERIENCIAS EN JAPÓN

Informe de Yuan-Hsi Chiang Jiménez
Participante en "Japanese-Language Program for Outstanding Students"
Setiembre de 2011



Hay experiencias que son únicas en la vida. El viaje de estudio de la Fundación Japón definitivamente es una de ellas. No solamente es una anécdota inolvidable que causa una imagen imborrable en todos los que hemos sido privilegiados con esta oportunidad, sino que nos abre puertas a una cultura y un mundo de sentimientos, que de otro modo hubieran sido imposibles de experimentar. Indudablemente ir a Japón por medios propios, aunque valioso también, no hubiese sido lo mismo.

Naturalmente, está primero que todo la dinámica de conocer a jóvenes de más de sesenta países de todo el orbe que, aunque cultural y geográficamente no podrían estar más lejos, tienen todos sin falta un rasgo en común: todos han sido estudiantes sobresalientes del idioma japonés, y a todos les intriga la cultura de esta isla mística que llamamos Nipón. Por esta razón, las amistades se entrelazan casi instantáneamente, puesto a que, de alguna manera, todos somos similares a pesar de las razas, los idiomas y la ideología.

Por esta razón, la convivencia de todos en las instalaciones del Centro de la Fundación Japón en Kansai fue amena e interesante. Recibir clases juntos, andar en bicicleta al lado del mar, tocar piano y conversar en los pasillos, todos en japonés, son algunas de estas experiencias que, aunque fueron únicas para todos, inmediatamente se volvieron cotidianas fácilmente.

en itsukushima jinja     meriendas japonesas


Además de recibir clases de japonés de una manera totalmente atípica, como tocando tambores taiko y escribiendo caligrafía, tuvimos muchos viajes que nos unieron más como grupo, y nos enseñaron cosas de la cultura japonesa que definitivamente hay que vivir para poder entenderlas. Desde las más modernas ciudades, con sus trenes que van a 300 kilómetros por hora, hasta las islas sin automóbiles con sus puertas corredizas de madera, de verdad es como estar perdido en el tiempo, viviendo cientos de años de historia al visitar los lugares más representativos del Japón.

Por estas razones quisiera invitar a todos los estudiantes de Japonés a esforzarse y tomar esta oportunidad, valga la redundancia, única en la vida, puesto a que todos quienes hemos estudiado este maravilloso idioma lo hemos hecho porque tenemos algún interés, por más mínimo que sea, en su historia y cultura. Mi abuela solía decirme un proverbio en chino que significa algo parecido a “una imagen vale mil palabras”. Hay cosas que hay que vivirlas para entenderlas, y las amistades forjadas, no son perecederas. Toda la experiencia de la beca, puedo asegurar personalmente, solamente ha dejado cosas positivas en la vida de todos los que la obtuvieron, incluyéndome a mí mismo. Por esta gran oportunidad, estaré siempre profundamente agradecido.



en kinkakuji con japonesas vestidas de yukata    puerta corrediza

con mis compañeros     flor